Todos, en algún momento, habrán visto que les aparecen unos puntos rojos que aparecen y desaparecen de su piel. Intentaremos explicarles qué son, por qué aparecen, su nivel de peligrosidad y lo más importante, cómo deshacerte de ellos.
Esos puntos rojos se llaman angiomas, y se trata de tumores benignos que se desarrollan en la sangre o los vasos linfáticos. En la mayoría de los casos aparecen a causa del envejecimiento de la piel y no conllevan riesgo para la salud.
¿Qué es un angioma?
Asegúrate de que tienes un angioma y no algo diferente
Además de los angiomas, otros puntos rojos que pueden aparecer en tu piel son:
- Rosácea también conocida como vasos dilatados, son en realidad muy similares a las venas varices. Este es un problema al que se enfrentan a menudo las mujeres embarazadas. La buena noticia es que desaparecen sin ningún tratamiento.
- Hemangioma, un tumor benigno que suele presentarse en los recién nacidos. Usualmente tiene bordes disímiles y rugosos, así como una superficie convexa. A veces desaparece con el tiempo, a veces permanece allí de por vida.
¿Cuándo preocuparse?
A pesar, de que el angioma en efecto es una enfermedad, no siempre supone u riesgo para la salud de las personas, no obstante, si has detectado alguno de los siguientes síntomas, deberías consultar a un dermatólogo.
- Concentración de muchos puntos rojos en la misma zona;
- Algún tipo de molestia o dolor con alguno de los puntos rojos;
- Sangrado directamente desde el angioma;
- Cambio de color o forma del angioma.
¿Cómo remover los angiomas?
Los angiomas pueden causar cierta incomodidad estética, especial si se encuentran en la cara o el cuello. La manera más segura para removerlos es a través de una cirugía láser o de un escalpelo electrónico. De esta manera el angioma se cauteriza y no volverá a aparecer nunca más.
Nunca intentes quitarte un angioma por tus propios medios, las fórmulas caseras para removerlos de hecho pueden conducirte a la muerte.
Como puedes ver, salvo contadas excepciones, un angioma n0 debería preocuparte. Simplemente mantenerte alerta de que no cambien de forma o color. Pueden ser fácilmente tratados por un doctor y te recomendamos que sigas sus instrucciones. Comparte esta nota con tus amigos.