A algunas personas se les ocurrió que una buena opción para ver cómo la gente se comportaba, era pintar una rayuela en la vereda de una calle concurrida.
Y entonces se pudo apreciar que muchas personas por muy apuradas que fueran, se tomaron un segundo de su vida para volver a ser niños, jugar y divertirse saltando por los cuadrados dibujados con tiza.
Tanto jóvenes como viejos disfrutaron este momento de distracción que tanta falta nos hace día a día.
Acá puedes ver el video completo:
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